Por Claudio Nuccitelli-Candidato a concejal por el ConFe La PlataDurante muchos años la clase política se olvidó que cuando llega a ser Gobierno, el compromiso asumido alcanza a todos los argentinos, los que conforman la Nación, lo de los Estados Provinciales, los de los Municipios sin distinción de tinte partidario.
Sin embargo, en la actualidad las distintas fuerzas políticas en su puja con miras a las elecciones legislativas de junio, siguen presentando sus propuestas para un determinado tipo de elector.
Entonces, están quienes consideran que los pobres son “su exclusividad” y alegan que sólo ellos se preocupan por la pobreza. Mientras que para otros, sus votos cautivos están en los sectores medios y altos de la sociedad.
Pues los tiempos han cambiado, no hay votos cautivos como en la vieja política.
Los ciudadanos no quieren que el Estado sea una entelequia sino un Estado presente, con gobiernos que lleven adelante políticas a largo plazo y que surjan del consenso de todos los sectores políticos, con una fuerte participación ciudadana.
¿Quién mejor que la ciudadanía toda para marcarle el rumbo de acción a los gobernantes?
Nadie. Si se escuchara al verdadero Soberano, es decir, al Pueblo; no irían los intereses políticos por un lado; y los de los ciudadanos por otro.
Cuando no se llega al fondo de los problemas y se los relega, con el paso del tiempo éstos se van agravando.
Hoy hay problemáticas que no han encontrado las mejores soluciones, y por ende exigen de la clase política mayor esfuerzo para darles un corte casi definitivo: el empleo, por ejemplo, con el fortalecimiento de los sectores productivos preexistentes y la atracción de nuevas inversiones; tal es el caso de las industrias limpias, Informática y telecomunicaciones, turismo, entre otras. Por otra parte, la planificación demográfica, ya que la falta de ésta, generó durante los últimos tiempos, dificultades estructurales, y la insuficiencia de recursos naturales, como por ejemplo, el caso del agua que falta en muchas regiones.
Aún existe una gran deuda política con la sociedad y es el tema de la inseguridad, que lejos de ser una sensación, es tan real que, día tras día, se está cobrando la vida de muchos seres humanos.
Pero para saldarla, debe haber trasparencia en las estadísticas, en el ingreso de personal de seguridad, un mejoramiento de los canales de diálogo entre las fuerzas de seguridad, los funcionarios y la ciudadanía.
No es justo por ejemplo, que alguien cumpla con su deber de testificar en un delito y luego, durante dieciséis años tengan que vivir presos en su casa, y que para hacer oír su reclamo deba montar una carpa frente a la Gobernación exigiendo que su familia pueda llevar una vida normal. Cualquier persona puede acercarse y hablar con Cristina Valiente, una mujer abierta a contar su historia y que la escuchen, pero por sobre todas las cosas, que le acerquen una solución definitiva.
Finalmente, el Estado debe brindar soluciones a problemas concretos y preocupantes para toda la sociedad, pero además, debe trabajar todos los días para crear condiciones que mejoren la calidad de vida de sus habitantes, ya que en los tiempos que se viven, en donde todos los integrantes de la familia se encuentran gran parte del día fuera de sus hogares, una hora que se pierde en un embotellamiento, o haciendo colas interminables ante los organismos del Estado, entre otras situaciones semejantes; es tiempo que se resta a la familia, a los hijos y a uno mismo.